viernes, 31 de agosto de 2012

“MERCEDES, ACOMPÁÑAME AL CEMENTERIO”

Texto: José G. Martínez
Revisión: Winder Ñámez


 Se les saluda con mucho respeto a los y las seguidor@s de “MIS HISTORIAS”, agradeciendo los magníficos comentarios e impresiones que han expresado a las publicadas con anterioridad.

         En el relato que nos ocupa hoy, también se ve involucrado un niño al cual omitiremos su nombre, no es necesario saberlo, pero es el centro de esta nueva e inexplicable historia.

         Todo sucede en La Guaira, población costera en el centro del país, lugar donde mi abuelo y abuela fijaron como residencia, donde mi madre se casó con mi padre y donde yo nací, luego de salir del pueblo de La Vela en busca de nuevos horizontes.

         En La Guaira vivían muchas personas de La Vela, amigas y conocidas, como el caso de la familia Pérez, amigos de la familia por muchos, muchos años atrás, tanto así que hasta hubo nexos familiares entre las dos familias.

         Uno de esos miembros de la familia Pérez, le dijo a mi mamá, que su primer hijo varón sería para ella, para que lo bautizase, y en eso quedaron, Aldo, era su nombre, casado, Militar de la Armada y con tres hijas, ningún varón.

        El tiempo transcurría y mi madre comenzó a trabajar en la Telefónica de Venezuela, con eso se aseguró una nueva entrada de dinero a casa. Lo que se tradujo en bienestar, y la oportunidad de surgir.

         No sé por cuáles motivos, tres miembros de la familia Pérez, entre ellas la Esposa de Aldo conjuntamente con dos cuñadas, comenzaron a tener discrepancias con mi madre y eso ennegreció la amistad de muchos años, mi madre, para evitar problemas, prefirió alejarse de ellos. Casualmente, en ese tiempo, Aldo logró un hijo varón, su primogénito.

         Aldo, contento, llamó a mi madre y le dio la noticia, y que se preparara para el bautizo. Mi madre, se puso algo triste, puesto, que el impase ya sucedido con la esposa de Aldo y otros miembros de su familia, habían debilitado mucho las relaciones. Así se lo hizo saber a Aldo en esa llamada telefónica: -“Aldo, amigo… Por los últimos acontecimientos ocurridos con tu esposa y dos de tus hermanas, es mejor que dejemos eso del bautizo así, no quiero tener sacramento alguno. Estas cosas son delicadas para mí. Yo respeto mucho el bautismo… Yo te aprecio demasiado, pero ya con tu esposa no creo que volvamos a ser como antes… busca a otra persona, por favor”. Aldo insistió: -“¡¡¡No señor, usted lo va a bautizar y no se hable más, de hecho, no me importa lo que haya pasado, eres tu mi gran amiga”.

         Mi madre no dijo nada, eso quedó así, solo en “veremos”. Pasó el tiempo, y mi madre evadía los encuentros con su amigo Aldo, para que no le recordara lo del bautizo, de hecho, mi madre solo pensaba en su trabajo. Así pasaron 4 años, y a Aldo, lo cambiaron a un Apostadero Naval, algo alejado, pero antes de que lo cambiaran, Aldo llegó a la casa de mi familia con el niño en los brazos, y se lo tiró en la cama a mi mamá: -“Aquí vine, para que nos vayamos ya para la iglesia y me lo bautices, no importa, tu, tu mamá y yo… porque esta tarde salgo cambiado para un Apostadero Naval lejos y no vendré en mucho tiempo, así que vístanse de una vez”. Mi madre le dijo: -“¡¡¡¿Estás loco Aldo?...!!! Nooo, yo tengo guardia en la compañía en este momento, no puedo faltar”. Aldo se encogió de hombros y le dijo: -“Te voy a esperar entonces, pero de acá no me muevo sin llevarme mi muchacho bautizado”. Mi madre le contestó: -“Será así entonces, está bien, lo voy a bautizar cuando venga”.


         Mi madre me dijo que era un “CATIROTE BELLO ESE NIÑO”, con unos ojos lindos. Ella lo cargó, lo besó y lo bendijo muchas veces. Llegó la hora de mi madre partir a su trabajo, y Aldo se quedó en casa con mi abuela, en espera. Pasaban las horas, y mi madre no llegaba y se llegó el momento de partir, Aldo se fue de casa, con la promesa que le traería de nuevo el niño para bautizarlo, mi madre llamó por teléfono a la casa, diciendo que sí, que la próxima vez que viniera, “SIN FALTA LO BAUTIZARÍA”, hubo cierta tristeza en todos, mi madre, mi abuela y Aldo.

         Aldo se marchó a su viaje con su esposa, hijas y el niño. El tiempo siguió transcurriendo, hasta que una noche, mi madre dormía con mi abuela y ya bien entrada la noche, comenzó a sentir una intranquilidad, como una presencia, como si alguien estaba parado al lado de ella, alguien pequeño al lado de la cama, y sentía un quejido o lamento, esto, a plena conciencia de estar despierta, a oscuras, pero ella sentía que era observada.

         Mi madre despertó a mi abuela para decirle lo que sentía y que si por favor, no se podían cambiar de sitio en la cama. Mi abuela accedió, pero antes de eso, fue a la cocina y le trajo un vasito con agua de azúcar, para que conciliara el sueño: -“Toma mija, tómate esta <agüita>pa’ que te duermas, y no pienses en cosas, Dios te bendiga”. Así lo hizo y se cambiaron de posición.

         En lo que estaba por conciliar el sueño, entonces volvió a sentir la presencia, esta vez más cerca, era algo frío esta vez, igualmente pequeño y como que más cerca, igual, el quejido o lamento, pero en esta oportunidad el sueño la venció y mi madre se quedó profundamente dormida.

         Relata mi madre que entonces, comenzó a soñar que una compañera de trabajo llamada Carmen le ha dicho: -“MERCEDES. ACOMPÁÑAME AL CEMENTERIO de Maiquetía, que necesito mandar a hacer un trabajo, para un entierro que llega hoy, y es urgente”. Mi madre (En el sueño) le dijo: -“Pero Carmen, tú estás loca, mira, es casi medianoche ¿Qué vamos a hacer a esta hora allá?. Carmen respondió: -“Un trabajo para un entierro que llega hoy, anda, que necesito que seas tú quien me acompañe”. Mi madre me dijo, que no le quedó más remedio que ir y se fueron.

En esos misterios oníricos de ruptura en el plano temporal, aparecen las dos en el cementerio y se dirigen a un sitio donde están dos señores como cavando una fosa, Carmen le dice a mi madre, -“Mercedes, espera acá, mientras yo hablo con los señores”. Mi madre le dijo que estaba bien, que fuera, que ella esperaba, el sitio estaba alumbrado por un bombillo colgado de la rama de un árbol. Mi madre dice que se inclinó a recostarse de algo mientras esperaba, la vio dirigirse a conversar con los señores, escuchaba el murmullo de lo que hablaban, pero no lograba entender y en eso, vio a su amiga volver.

Carmen en eso, regresó y le dijo: -“Listo, ya podemos irnos, gracias por acompañarme”. Mi madre dice que ella dirigió repentinamente la mirada a ver de qué se había apoyado y para su sorpresa, en ese extraño sueño, vio que se había estado apoyando en la imagen de un angelito, en una tumba de un niño. Mi madre en el sueño pensó: -“¡Ay Dios!, yo he estado apoyada acá, perturbando la paz de este Angelito, mejor déjame rezarle un Padre nuestro y un Ave María por el descanso de su alma”. Así dice que en sueño hizo, y se acuerda perfectamente que eso precisamente rezó.

Continua narrando mi madre, que en eso, luego de rezar en el sueño, se despertó abruptamente, porque esa presencia que no le dejaba conciliar el sueño, la sintió como que si le había rozado la piel y le hizo saltar, tanto que hasta mi abuela se despertó, mi madre le contó el sueño y mi abuela le dijo: -“¡Caramba!... que sueño tan extraño”.

Ya amanecido el día, y con ese extraño sueño en mente, se levantó y se dirigió a su trabajo habitual. Al llegar a su trabajo, le contó el sueño a su compañera Carmen y esta le dijo, que sería una pesadilla, que no tomara en cuenta esas cosas y que lo mejor que podía haber hecho fue rezarle a esa criatura.

Mi madre trabajaba dos turnos, mañana y tarde, al mediodía, se dirigió a casa a almorzar, cuando se preparaba para hacerlo, sonó el teléfono y mi madre atendió:
Relata que se escuchaba un “squelch” como suenan los radios transmisores.

–“Cambio, cambio, ¿Me copian? Se escuchó la voz de un hombre.
–“Si, Aló, le copio fuerte y claro ¿Quién habla?”. Contestó mi madre.
–“Mi Capitán de Fragata Aldo Pérez desea hablar con la Señora Mercedes García, por favor, es de acá del Apostadero Naval, ¿Es usted?.
–“Como no, comuníquelo, soy yo Mercedes la que habla”. Respondió mi madre. 

Inmediatamente escuchó la voz de su gran amigo Aldo que le dijo:

–“M amiga querida, el tiempo es corto en esta comunicación, te quiero pedir un gran favor…Mi hermana, quiero que vayas al cementerio de Maiquetía, y mandes a hacer un trabajo en la tumba de mi padre que como tú sabes está allí enterrado, para un cuerpo más, ya que voy saliendo en un avión de la Armada y estaré arribando en cuestión de horas a Maiquetía con los restos de mi hijo, que ayer en la tarde, me lo atropelló mortalmente un autobús.” En este momento, Aldo irrumpió en llanto: –“También quiero que antes de enterrarlo, me lo bautices, ya que siempre quise que fueras tu… hazme esa caridad amiga. Cambio y fuera.”

–“Está bien Aldo, ¡¡¡AY DIOS, QUE GRAN TRAGEDIA!!! Voy saliendo en este momento”.

Mi madre dice que en el momento que colgó el teléfono, con los ojos inundados en llanto, se quedó paralizada, porque vino a su mente el sueño de la noche anterior.

Hizo las diligencias al pié de la letra, y en la tarde (Ya que no fue a trabajar, obviamente), estaba arribando su gran amigo el Capitán de Fragata Aldo Pérez, con una comisión de Infantes de Marina en un avión de la Armada con el ataúd blanco contentivo del cuerpecito de la criatura de solo 4 años, y en el Aeropuerto, en compañía de un Capellán le dieron el sacramento del bautismo al niño, para de allí dirigirse todos al cementerio a darle su cristiana sepultura.

Esta historia es algo fuerte y reveladora, es muy personal, pero me atrevo a contarla, para exponer que los sueños tienen un gran sentido de realidades inmersas, son como señales, que muchas veces, con el correr y lo acelerado de la vida de hoy, no nos damos cuenta de ellas.

¿Mis interrogantes como siempre en MIS HISTORIAS? Pocas en esta oportunidad:

1.    ¿Era el alma del niño la que estaba al lado de mi madre la noche anterior a su muerte? Porque si detallan, mi madre se cambió de lugar en la cama y lo sintió en ambos lados, a su costado.
2.    ¿Vale tanto el Sacramento del Bautismo para cualquier religión?
3.    Como siempre la pregunta: ¿Por qué este tipo de revelación?
4. ¿Podemos considerar el estado onírico o de la etapa del sueño como mecanismo voluntario o involuntario de viajar en algún portal en el tiempo o espacio?

Agradeciendo una vez más lo feliz que nos hacen al interactuar con nosotros en este blog que es suyo, con “MIS HISTORIAS” que también son suyas, esperando como siempre, sus reflexiones o comentarios, ya que ellos nos sirven como fuente de inspiración… Gracias.

         Recordándoles también, que nuestra próxima entrega llevará por título: “TRÁIGANME ESOS MUCHACHOS DONDE QUIERA QUE ESTEN”

8 comentarios:

  1. si es real tu historia, asi sera no mas. pero si la inventaste, no tiene mucho de original....-saludos.

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  2. Hola José, increíble tu relato, te confieso que al leerlo se me aguaron los ojos (del susto) y se me puso la piel de gallina! Soy super miedosa y me parece que no debí leerlo de noche jejejejeej.... Pero no podía perdérmelo, me encantó y no puedo esperar a la próxima historia :)

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  3. Pues... Paola Jaramillo Gallinito... créalo o no, es real... viene a mi de la mano del ser más amado en esta tierra, la que nunca me mentiría. mi madre... De hecho, vagamente me acuerdo de ese suceso, estaba pequeño, solo veía llantos en casa... Por otra parte, si es original o no, Pues, no la conté para que fuese original, y creo que los actores de esta historia nunca pensaron en eso al vivirla... Agradezco sus comentarios, estos me animan a seguir escribiendo... Respeto y acepto cada uno de ellos. Me suscribo de usted... Atte. José G. Martínez.

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  4. Mi Sarah Toribio... Jajaja tus palabras me llenan de emoción... me animan como siempre a seguir... Ten pos seguro que aún queda repertorio, de hecho, tango muchas personas que se han animado a contarme sus historias, pronto voy a comenzar a publicarlas... Gracias Mi Princesita.

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  5. Saludos Jose! Esta historia si estuvo algo fuerte ya que una criatura así de tan corta edad es tan inocente como un ángel mismo. Como te escribí en un comentario anterior, mi imaginación vuela sobre las nubes con estos relatos y esta historia no fue la excepción.

    Cruel pero así es la realidad, una vez mi Madre también sintió algo así después de la muerte de un tío (hermano de ella) muy querido. Bueno es algo bastante raro estos tipos de acontecimientos, realmente no se porque pasan.

    Bueno, mis gratos saludos y espero la próxima historia.

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    1. Gracias hermano... tus comentarios me reconfortan y me dan ánimos a seguir escribiendo... MIL GRACIAS

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  6. Bastante triste la historia, creo que el sueño que ella tuvo fue influenciado en parte por la situacion del bautizo y su dilema en si aceptaba o no y pues como siempre e dicho nunca se puede descartar nada, los sueños son algo misterioso.

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    1. Gracias INKU por ese maravilloso como siempre comentario... si, creo que tienes algo de razón, pero como siempre, lo inexplicable: "EL SUEÑO"

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