domingo, 19 de agosto de 2012

QUIERO COMER PESCADO


Texto: José G. Martínez
Revisión: Sebastian Yaguarshungo


         Esta historia que me ocupa hoy es algo triste, porque estará involucrado un niño de solo 4 años, eso duró su existencia, solo 4 años., pero nos dejó una experiencia inolvidable que aún se sigue presentando.

         El niño, al que llamaremos Franki, nació con un mal congénito, según, una afección cancerígena en el páncreas, y pese a ser tratado por los mejores médicos de la época, no pudo disfrutar de la plenitud de la vida.

         Su padre, militar, hoy también fallecido, era mi padrino, su madre, muy amiga de la casa, vivían en la casa diagonal a la nuestra, en Catia La Mar, Estado Vargas. Esta historia aclaro que tiene un extraño enlace con otra que en sucesivas entregas van a tener la oportunidad de leer, es una de las que me ha impactado, ya que estoy directamente involucrado en mis experiencias oníricas, espero la disfruten.

         Esto ocurrió hace ya muchos años atrás, en el año 1.971, tenía apenas 8 años, pero siempre fui muy acucioso y me daba cuenta de todo, jejeje, aunque a uno no lo dejaban casi nunca hablar, mi abuela era tan tal, que a veces uno tenía inquietudes, y dependiendo del grado, solo decía: -“Eso no se pregunta”.

         Franki, por motivos de su enfermedad era un niño muy débil, y así se fue desarrollando, había que cargarle para todas partes, pero era un niño hermoso, de una piel cobriza, enjuto, con una cabellera preciosa, tipo honguito, ojos muy expresivos. Me tocó escuchar muchas cosas que salían de la boca de ese niño, que en su momento no las comprendía, pero que luego, muy tempranamente, las fui comprendiendo. Muchos fueron los episodios algo extraños. Recuerdo en una oportunidad estábamos jugando en el suelo, porque le ponían una sabanita en el suelo del comedor y allí pasábamos horas entretenidas. Una familia vino a visitar a mi madrina y la señora se le acercó y lo vio con una cara de tristeza y Franki le dijo con una voz muy directa y firme: -“Señora, no piense eso de mí, no me tenga lástima por favor, que yo pronto me iré y ya sé para donde voy”. Recuerdo que a la señora se le salieron las lágrimas, pero lo disimuló, yo quedé algo confuso.

         La casa de mi padrino, tiene dos entradas, por el frente la normal y por el fondo, ellos usaban más el fondo. Yo llegaba todas las tardes de la escuela a casa, y luego me iba a jugar con Franki a esperar a mi madre que llegara del trabajo para irnos a casa a hacer mis tareas.

         Mi madre me compró un View Master visor de discos en 3D, para la época, un suceso, y recuerdo que había un disco muy hermoso acerca de la navidad, mi madre, madrina y padrino estaban a unos metros, sentados en el comedor, nosotros, como siempre, en la sabanita con la reguera de juguetes, pero veíamos en ese momento en View Master. Voy a hacer un inciso en esta parte, para decirles que Franki era, aparte de un niño muy lindo como dije antes, un ser demasiado inteligente, creo que una inteligencia no vista por mi en ninguna otra persona, eso le convertía en un ser tremendamente tierno y angelical.

         En eso que nos estamos pasando las imágenes en el aparatito, Franki se levantó de manera impresionante, casi sin tomar impulso, me dejó con la mano estirada y se viró a ver a mi madre, con una mirada muy inquietante y penetrante, serio y le fijo con voz firme: ­-“¡Mercedes, mañana yo me voy a morir!”. A lo que mi madre, le contestó de una forma muy seria: -“¿Qué cosas son esas Franki?, ¿Por qué dices eso?”. No percatándose que estaba de pié, un niño que como dije, lo llevaban cargado a todas partes. Franki respondió ya con otra voz medio burlona, de hecho, se echó a reír: -“¡Si, me voy a morir de risa, porque yo sé ya para adónde voy!”.

         Inmediatamente se viró y se sentó como si nada había pasado, yo, algo desconcertado le di el view master e inmediatamente vi como mi madrina y mi padrino salieron a su cuarto a llorar, no entendía mucho el por qué, mi madre le comentó a Franki algunas cosas algo raras para mí, que esas cosas no se debían decir y cosas así.

         Recuerdo que al llegar a la casa, mi madre comentó muy calladamente con mi abuela lo sucedido.

         La mañana siguiente no fui a clases, porque el teléfono de casa sonó a las 5 de la mañana, era mi madrina que llamaba a mi madre algo desesperada que Franki estaba malito, yo me acerqué y pude verlo, confieso que decir esto es algo fuerte para mí, hoy, al momento de escribir este relato, al llegar a su lecho, estaba con respiración dificultosa, las uñitas de las manos eran moradas, así como sus labios y el pecho le subía y le bajaba, confieso que también tenía, aparte de lo mal que se debía de estar sintiendo, una leve sonrisa algo confusa. No recuerdo quien me sacó del cuarto. A los pocos minutos vino una ambulancia y se lo llevaron al Hospital Militar en Caracas, a 20Km.

         Mi madre se fue al trabajo, ya despuntando la mañana y le dijo a mi abuela que no me mandara a clases, por cualquier desenlace con Franki. El día transcurría normal, al menos para mí. Quiero describir mi casa, para que entiendan este suceso: la sala era del ancho de la casa, un pasillo central, las habitaciones a los lados de ese pasillo, al final el comedor y al fondo la cocina. Yo estaba sentado en el centro de la sala, ya que la tele quedaba al extremo derecho de la sala, en la entrada del pasillo había una cortina larga, estaba viendo, me recuerdo Superman, el de blanco y negro, porque esa era el sistema de tv, la puerta de la sala, de madera a dos alas, estaba entre abierta, y de repente, yo siento que algo pasa detrás de mi, lo sentí por instinto, pero cuando veo, es que esa larga cortina al pasillo, se levanta, me quedo viendo eso y como medio congelado, ya que no me explico el por qué, vuelvo a seguir mi atención a la tv olvidando lo sucedido, mi abuela está cocinando el almuerzo. Pero mi sorpresa es que a los pocos segundos, siento que la platera de la cocina se viene abajo, de esas viejas plateras de pueblo de madera y alambre, mi abuela lanza una exclamación de disgusto: -“¡Carajo, estos hijos míos, que parecen alfeñiques que no clavaron esta verga bien!”. Me dirijo a ayudar a mi abuela a recoger, cuando suena el teléfono, que está en la sala, un Alvins negro de pared, de los de cable entorchado, y contesto, era mi madre, que estaba llamando, me dijo que le pusiera al habla a mi abuela. Mi madre le informó a mi abuela, que Franki hacía media hora que había fallecido. Inmediatamente rompimos en llanto, y nos fuimos a la casa de mi padrino, al frente.

         En la nochecita, trajeron el cuerpo en su urnita blanca a la casa de mi padrino, expresiones de llanto y de dolor embargaban la casa y los alrededores, ya en la madrugada, las cosas van calmando, y yo atento a muchos detalles, llega un momento que coinciden mi madre, mi abuela, mi madrina, otras dos amigas comunes y están hablando, yo sentadito junto a mi madre y mi madrina comienza a contar los últimos minutos de la vida de Franki en el hospital y dijo: -“¿Qué les parece, Franki se quedó dormido unos minutos antes de morir y yo dije: <Menos mal que se durmió> al rato se despertó y me dijo que venía cansado, venía corriendo porque había hecho una maldad, que había estado en casa de Mercedes y levantó la cortina del pasillo, se llegó hasta la cocina, se cansó de gritarle a la señora María: <SEÑORA MARÍA… QUIERO COMER PESCADO DE ESE QUE USTED ESTÁ FRIENDO>, pero como ella no lo había escuchado, le tumbó la platera y se vino corriendo. ¿Qué les parece?”. Allí se corroboró el título de esta historia.

         Esta historia, real por los cuatro costados, la transmito como una más de sucesos inexplicables que han acontecido a lo largo de mi vida. En esta oportunidad quisiera que fuesen ustedes apreciados lectores y lectoras que se atrevieran a hacer las interrogantes o formulas algún tipo de opinión explicativa de tan extraño suceso.

         Quedo de ustedes una vez más complacido por la acogida que le han dado a estas hermosas e inquietantes historias, MIS HISTORIAS, y que desde ya, también son sus historias.

         Se me olvidaba comentarles el nombre de la próxima entrega: “YO LO VI DE FRENTE”

3 comentarios:

  1. Triste historia, la parte cuando el niño se rie y dice que sabia a donde iba me paro los pelos de punta, me pregunto a que se referiria eh.

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  2. Impactante historia...Creo todos algunas vez hemos vivido historias de sucesos inexplicables ...Gracias por compartir la tuya.

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  3. De nada, son suyas también, por eso quise escribirlas... Gracias más bien a ti por comentar...

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