viernes, 24 de agosto de 2012

¿PARA DÓNDE SE LLEVA A MI MAMÁ?

Texto: José G. Martínez
Revisión y corrección: Winder Ñañez


          Hola lectores de “MIS HISTORIAS”, En una anterior entrega, la llamada Mis tres acompañantes, mencionaba que hablar de mi madrina sería extenso, pues este es el momento, Mi madrina fue una persona muy importante en nuestras vidas, consentidora, buena, hermosa, pero también con un carácter fuerte.

         En ocasiones, cuando mis notas en el liceo bajaban, mi madre me mandaba a casa mi madrina, confieso que me hubiese gustado en ese momento que me agarraran a correa limpia y no dos horas sentado de habla que te habla. Hoy día agradezco esas largas horas de “leerme la cartilla con los puntos sobre las íes”.

         Retomo esta historia en un plano de ruptura de la entrega anterior, ya les decía que cuando mi madrina vino a traerle la muñequita a mi hija, pasaron unos sucesos algo extraños, como por ejemplo, que de repente mi niña de apenas meses de nacida y ya fallecida mi madrina, estaba durmiendo y se despertaba privada llorando y notamos un pequeño moretón en la pierna, eso pasó en varias oportunidades, el médico no daba razón alguna de esos moretones.

         Pero mi abuela en su sabiduría popular, me dijo: -“Ponle la muñequita que le trajo Candelaria en la cunita a la niña”. Y eso fue el santo remedio, mi hija no despertó más.

         En otra oportunidad, una madrugada de primero de enero de ese mismo año, estábamos escuchando música, cuando de repente, como a las 3 de la mañana, escuchamos mi hermana y yo, la voz clara de mi madrina: -“José… Mary”, le bajé todo el volumen al amplificador y nos asomamos a la puerta y en ese instante, nos invadió a todos el perfume predilecto de mi madrina “Jean Marie Farina”, como si se hubiese reventado un frasco grande en el patio, eso estuvo impregnado por un buen rato.

         Pasados estos sucesos, una noche, comienzo a soñar. En ese sueño, veo a mi madrina que va de la mano con mi madre, pero en el sueño capto algo que no me gustó mucho, no sabría decir que fue, pero las veía de espalda, mi madrina delante de la mano con mi madre y comencé a correr tras ellas, de nuevo, esa desagradable situación de querer correr y no puedes, veía que se acercaban a una gran luz que me enceguecía, pero nunca detuve mi carrera, hasta que muy cerca ya de esa luz, logré alcanzarlas.

         Mi esposa siempre me decía que cuando yo tenía esos sueños, ella se sentaba en una esquina de la cama, ya que yo comenzaba a moverme como desesperado y que ella no quería despertarme. Sabía que estaba soñando algo fuerte.

         Cuando las alcancé, mi madre estaba como hipnotizada, no hablaba, estaba como desorientada, aunque yo me dirigí fue a hablar con mi madrina, le dije con voz algo enérgica–“MADRINA, ¿PARA DÓNDE LLEVA A MI MAMÁ?”. A lo que ella me contestó: ­-“La llevo para que vea dónde estoy yo”. Inmediatamente le respondí (Y confieso que de verdad estaba algo ofuscado en ese sueño), -“No madrina, no, ella irá cuando deba ir, ya usted se fue, regrese a donde debe de estar, más temprano que tarde estaremos juntos, se lo aseguro”.

         Quiero hacer algunas acotaciones descriptivas de este extraño sueño, No sé si los suelos son a color, o blanco y negro, no quiero caer en esos tecnicismos, solo describiré al detalle lo que vi en mi sueño, era un campo abierto, que daba a una montaña, les alcancé casi al final de atravesar ese campo, era de día, eran unos colores muy hermosos, un verdor y árboles aislados, la luz fuerte como entre blanco-amarillenta provenía de esa montaña, a mi madre, la veía perfectamente a color, pero a mi madrina, y esto es lo más extraño, la vi como una imagen en blanco y negro, algo borrosa, pero bien definida, su voz exactamente igual, o sea, era ella.

         Cuando le dije esas palabras a mi madrina, ella se me quedó mirando firmemente, inmediatamente esta imagen que a continuación narro, tiene algo fuerte, espero no herir sus susceptibilidades. Pero esto fue la realidad del sueño, sin quitarle ni ponerle nada.

         -“Yo sé que estoy muerta, y te lo voy a demostrar”. En ese momento, se metió la mano en la boca y se arrancó parte de la lengua y extendió la mano y me la mostró, quiero decir, que era una masa algo como que en proceso de putrefacción y con algunos gusanos, confieso que me dio un sentimiento extraño entre susto, tristeza y hasta ganas de llorar en ese sueño.

         De pronto, cuando levanté la mirada para ver a mi madrina, ya esta se había desaparecido, o al menos no estaba allí y me encontré con mi madre de espaldas a mí, frente a mi casa.

         Mi esposa me dice, que de repente, pegué un brinco en la cama y me desperté y me puse a llorar, ella me trajo agua de azúcar, eso siempre hacía cuando tenía estos sueños, y allí comencé a contarle algo mucho más calmado, pero en medio de algunas lágrimas y haciéndome algunas interrogantes como siempre.

         Me levanté temprano, ya que después de ese sueño, no puede volver a dormir, y me fui a la casa de mi madre, que vivía al lado, a contarle lo que había soñado, pero cuando le iba a contar, ella me interrumpió para decirme que tuvo un raro sueño, que había estado con mi madrina, la invitó a pasear y la llevaba de la mano, y le dijo que la acompañara a ver el lugar donde estaba, y que ese lugar era muy bello, ella en el sueño me cuenta que no habló, pero que era un campo muy grande con árboles dispersos y al final una extraña luz blanqui-amarilla, pero que de manera inexplicable, no pudieron ir, porque ella no se acuerda en el sueño qué las detuvo.

         Nos quedamos mirándonos las caras y obviamente, salieron algunas lágrimas de dolor por ese extraño sueño, donde nos vimos envueltos mi madre, mi madrina y yo, seres totalmente diferentes, pero reunidos en el mismo plano, momento, etapa y circunstancias.
         De nuevo una vez más gracias por la atención que ustedes, distinguidos y distinguidas lectores y lectoras le brindan a MIS HISTORIAS, no puedo despedir esta historia sin hacerme las interrogantes siguientes:

1.    Como siempre: ¿Por qué tuve que soñar esto?
2.    ¿Para dónde llevaba mi madrina a mi mamá?
3.    ¿Estuvimos en el mismo plano tres almas diferentes?
4.    ¿Se podría considerar esto como una revelación?

Estas interrogantes las dejo, como siempre, no para buscar las respuestas, sino para que hagamos reflexiones sobre la vida y la muerte.

        En esta historia se une a este equipo una gran persona y amigo, se trata de Winder Ñañez, de Punto Fijo, Península de Paraguaná, el extremo más Septentrional de la América del Sur, Venezuela, quien se ofreció como voluntario para revisar y corregir esta historia y algunas otras que vienen. Bienvenido Winder.

         También quiero dejarles antes de irme el título de la siguiente historia: “YO NO QUIERO COMPRAR ESO”

2 comentarios:

  1. Con par de tragos encima y aun asi seme paran los pelos con tus historias,los sueños son algo enigmaticos y aunque digan "es solo un sueño" no todo el tiempo se pueden tomar a la ligera y mas si otra persona sueña lo mismo o algo similar.

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