Revisión y corrección: Winder Ñañez
Hola lectores de “MIS
HISTORIAS”, En una anterior entrega, la llamada Mis tres acompañantes, mencionaba que hablar de mi madrina sería
extenso, pues este es el momento, Mi madrina fue una persona muy importante en
nuestras vidas, consentidora, buena, hermosa, pero también con un carácter
fuerte.
En ocasiones, cuando mis notas en el liceo bajaban, mi madre
me mandaba a casa mi madrina, confieso que me hubiese gustado en ese momento
que me agarraran a correa limpia y no dos horas sentado de habla que te habla.
Hoy día agradezco esas largas horas de “leerme
la cartilla con los puntos sobre las íes”.
Retomo esta historia en un plano de ruptura de la entrega
anterior, ya les decía que cuando mi madrina vino a traerle la muñequita a mi
hija, pasaron unos sucesos algo extraños, como por ejemplo, que de repente mi
niña de apenas meses de nacida y ya fallecida mi madrina, estaba durmiendo y se
despertaba privada llorando y notamos un pequeño moretón en la pierna, eso pasó
en varias oportunidades, el médico no daba razón alguna de esos moretones.
Pero mi abuela en su sabiduría popular, me dijo: -“Ponle la muñequita que le trajo Candelaria
en la cunita a la niña”. Y eso fue el santo remedio, mi hija no despertó
más.
En otra oportunidad, una madrugada de primero de enero de
ese mismo año, estábamos escuchando música, cuando de repente, como a las 3 de
la mañana, escuchamos mi hermana y yo, la voz clara de mi madrina: -“José… Mary”, le bajé todo el volumen
al amplificador y nos asomamos a la puerta y en ese instante, nos invadió a
todos el perfume predilecto de mi madrina “Jean Marie Farina”, como si se
hubiese reventado un frasco grande en el patio, eso estuvo impregnado por un
buen rato.
Pasados estos sucesos, una noche, comienzo a soñar. En ese
sueño, veo a mi madrina que va de la mano con mi madre, pero en el sueño capto
algo que no me gustó mucho, no sabría decir que fue, pero las veía de espalda,
mi madrina delante de la mano con mi madre y comencé a correr tras ellas, de
nuevo, esa desagradable situación de querer correr y no puedes, veía que se
acercaban a una gran luz que me enceguecía, pero nunca detuve mi carrera, hasta
que muy cerca ya de esa luz, logré alcanzarlas.
Mi esposa siempre me decía que cuando yo tenía esos sueños,
ella se sentaba en una esquina de la cama, ya que yo comenzaba a moverme como
desesperado y que ella no quería despertarme. Sabía que estaba soñando algo
fuerte.
Cuando las alcancé, mi madre estaba como hipnotizada, no
hablaba, estaba como desorientada, aunque yo me dirigí fue a hablar con mi
madrina, le dije con voz algo enérgica–“MADRINA,
¿PARA DÓNDE LLEVA A MI MAMÁ?”. A lo que ella me contestó: -“La llevo para que vea dónde estoy yo”.
Inmediatamente le respondí (Y confieso que de verdad estaba algo ofuscado en
ese sueño), -“No madrina, no, ella irá
cuando deba ir, ya usted se fue, regrese a donde debe de estar, más temprano
que tarde estaremos juntos, se lo aseguro”.
Quiero hacer algunas acotaciones descriptivas de este
extraño sueño, No sé si los suelos son a color, o blanco y negro, no quiero
caer en esos tecnicismos, solo describiré al detalle lo que vi en mi sueño, era
un campo abierto, que daba a una montaña, les alcancé casi al final de
atravesar ese campo, era de día, eran unos colores muy hermosos, un verdor y
árboles aislados, la luz fuerte como entre blanco-amarillenta provenía de esa
montaña, a mi madre, la veía perfectamente a color, pero a mi madrina, y esto
es lo más extraño, la vi como una imagen en blanco y negro, algo borrosa, pero
bien definida, su voz exactamente igual, o sea, era ella.
Cuando le dije esas palabras a mi madrina, ella se me quedó
mirando firmemente, inmediatamente esta imagen que a continuación narro, tiene
algo fuerte, espero no herir sus susceptibilidades. Pero esto fue la realidad
del sueño, sin quitarle ni ponerle nada.
-“Yo sé que estoy
muerta, y te lo voy a demostrar”. En ese momento, se metió la mano en la boca
y se arrancó parte de la lengua y extendió la mano y me la mostró, quiero
decir, que era una masa algo como que en proceso de putrefacción y con algunos
gusanos, confieso que me dio un sentimiento extraño entre susto, tristeza y
hasta ganas de llorar en ese sueño.
De pronto, cuando levanté la mirada para ver a mi madrina,
ya esta se había desaparecido, o al menos no estaba allí y me encontré con mi
madre de espaldas a mí, frente a mi casa.
Mi esposa me dice, que de repente, pegué un brinco en la
cama y me desperté y me puse a llorar, ella me trajo agua de azúcar, eso
siempre hacía cuando tenía estos sueños, y allí comencé a contarle algo mucho
más calmado, pero en medio de algunas lágrimas y haciéndome algunas
interrogantes como siempre.
Me levanté temprano, ya que después de ese sueño, no puede
volver a dormir, y me fui a la casa de mi madre, que vivía al lado, a contarle lo
que había soñado, pero cuando le iba a contar, ella me interrumpió para decirme
que tuvo un raro sueño, que había estado con mi madrina, la invitó a pasear y
la llevaba de la mano, y le dijo que la acompañara a ver el lugar donde estaba,
y que ese lugar era muy bello, ella en el sueño me cuenta que no habló, pero
que era un campo muy grande con árboles dispersos y al final una extraña luz
blanqui-amarilla, pero que de manera inexplicable, no pudieron ir, porque ella
no se acuerda en el sueño qué las detuvo.
Nos quedamos mirándonos las caras y obviamente, salieron
algunas lágrimas de dolor por ese extraño sueño, donde nos vimos envueltos mi
madre, mi madrina y yo, seres totalmente diferentes, pero reunidos en el mismo
plano, momento, etapa y circunstancias.
De nuevo una vez más gracias por la atención que ustedes,
distinguidos y distinguidas lectores y lectoras le brindan a MIS HISTORIAS, no
puedo despedir esta historia sin hacerme las interrogantes siguientes:
1.
Como siempre: ¿Por qué tuve que soñar esto?
2.
¿Para dónde llevaba mi madrina a mi mamá?
3.
¿Estuvimos en el mismo plano tres almas
diferentes?
4.
¿Se podría considerar esto como una
revelación?
Estas
interrogantes las dejo, como siempre, no para buscar las respuestas, sino para
que hagamos reflexiones sobre la vida y la muerte.
En esta historia se une a este equipo una gran persona y
amigo, se trata de Winder Ñañez, de Punto Fijo, Península de Paraguaná, el extremo
más Septentrional de la América del Sur, Venezuela, quien se ofreció como
voluntario para revisar y corregir esta historia y algunas otras que vienen.
Bienvenido Winder.
También quiero dejarles antes de irme
el título de la siguiente historia: “YO NO QUIERO COMPRAR ESO”
Con par de tragos encima y aun asi seme paran los pelos con tus historias,los sueños son algo enigmaticos y aunque digan "es solo un sueño" no todo el tiempo se pueden tomar a la ligera y mas si otra persona sueña lo mismo o algo similar.
ResponderEliminarGracias hermano... Interesantes siempre tus comentarios...
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