SOÑÉ QUE SE LAS LLEVABA

Texto: José G, Martínez
Revisión: Sebastian Yaguarshungo

            Las historias narradas en este blog, vienen a ser un compendio de experiencias vividas, tanto por mí, por familiares así como por personas cercanas, pudiere decirse que pertenecen a la creatividad popular, yo las ubicaría en la corriente literaria del Realismo Mágico, pero acá se presenta una diatriba, y es acá donde de verdad, quisiera su opinión… Son historias reales, algunas vividas por mi como por las personas antes mencionadas que me rodean. En algunas omitiré o cambiaré los nombres, por respeto, ya que algunas (Cómo por ejemplo la de esta historia) ya no están en el mundo físico. De verdad, espero les gusten, así como también esperaré ansioso su respetada opinión.

            Esta historia sucede hace aproximadamente 23 años atrás, para ese entonces, yo trabajaba de noche en la Compañía Telefónica de mi país en un horario comprendido entre 09:00pm a 07:00am de manera inter diaria.

            En la urbanización donde nací, en la casa de mi abuela que le compré cuando me casé, allí formé mi hogar con mis dos hijas de tres y dos años. En esa urbanización crecí y allí, justo pared con pared, vivía una familia que tuvo entre varios hijos uno llamado “JUAN” al que al paso de los años apodaban “EL POTRO”, este muchacho, de mi edad, creció junto a mí, pero el destino quiso que tomara el mal camino; y lo peor, a mi modo de ver, se preparó un cóctel explosivo, mezclando alcohol, drogas y la Biblia.

            Tanto era el mal vivir de este joven, que incurría en agresiones con todo aquél que le cayera mal o se le antojase, hasta llegando a agredir a sus propios padres, en una oportunidad, 14 policías no podían someterle, ya, cuando el caso estaba más agudo, en una ocasión cuando llegaba de mi trabajo una mañana a las 8, me encontré los escalones de mi casa rotos, al entrar y preguntarle a mi esposa, ésta me contó que El Potro los había partido con una mandarria (Mazo), porque él decía que en mi casa habían dos niñas y que él debía matarlas, porque él era El Rey Herodes, yo me indigné, pero mi esposa me dijo: Deja así y le reclamas o tomas acciones luego. Esto convertía nuestra vida de hogar en una pesadilla, al extremo, que no podíamos estar en el porche de casa, porque este individuo era una amenaza.

            A los dos días de ese suceso, me lo encuentro y admito que me enardecí, lo increpé y con voz enérgica le dije:

-       “Potro, si a mi familia le pasa algo, te juro que no sé qué va a pasar, pero te aseguro que no la vas a pasar bien, por favor, te ruego, no pases frente a mi casa, no nos hables, no nos veas, vive tu vida y respeta la nuestra.”

A lo que me respondió:

-       “Tranquilo chamo, yo te reparo los escalones, pero perdona esa.”

Le dije:

-       “Te dije que no deseo verte cerca, para nada, deja eso así que yo lo reparo”

Ocurrido este suceso, cuatro días después, salió como loco de su casa, en paño gritando: ¿Dónde estás Satanás? Sal para caerme a coñazos contigo, no te tengo miedo.

Nosotros inmediatamente nos encerramos, ya que eso fue como a las 6 de la tarde.

Nos acostamos a dormir temprano, mis hijas en su cuarto delicadamente decorado y nosotros en el nuestro, siempre quise que tuvieran, desde niñas su privacidad.

En la madrugada de ese mismo día, comienzo a soñar: Que El Potro se está llevando a mis dos hijas, una cargada y la otra la llevaba arrastras, por un camino lleno de arbustos espinosos y sofocante, ya que me puyaban los brazos al tratar de alcanzarlas y a la vez sentía un sopor desagradable, veía sus caritas de espanto, a él por su parte de repente volteaba hacia mí y le veía una cara demoníaca, burlona, maligna y yo trataba de correr más aprisa.

Sentía que pasaban horas sin poder alcanzarle, hasta que al final, no me explico cómo, logré arrebatárselas, mi reacción al tener a mis hijas conmigo fue la de bendecirlas, abrazarlas y besarlas.

Pasó que como la mayoría de muchos sueños, que de repente estas en un sitio y apareces en otro, como una ruptura en el plano temporal, y me veo entrando a la vereda de donde vivía con mis dos hijas cargadas, pero noooo, no voy a entrar a mi casa, no, veo que voy como un autómata a entrar a la casa del Potro, que para colmo, en el muro de su porche hay una cantidad de velas encendidas en el borde de la pared, y en el sueño pienso:

-       ¿Por qué voy a entrar acá? Esta no es mi casa.

Volteo hacia al lado y veo mi casa y doy la espalda dirigiéndome hacia mi casa, quiero hacer notar, que se encontraban aún los escalones partidos. En lo que pisé la puerta de mi casa. ¡¡BRUUUM!!

Un fuerte sonido me hizo despertar abruptamente y mi reacción fue la de levantarme corriendo hacia el cuarto de mis niñas, con mi esposa más atrás, al abrir la puerta, estaban durmiendo angelicalmente, las abracé, las besé y las bendije.

Ya son como las 4 de la madrugada y en ese preciso momento escuchamos un grito espantoso: AAAAAAGGGGGG UUUUUUURRRRR como sonidos guturales, le dije: -“Quédate con las niñas, voy a la sala a asomarme por las ventanas”, pues no había nada, todo en calma, me dirigí al patio trasero, igual.

Le dije a mi esposa: -Pasemos a las niñas al cuarto y me acompañas a orinar, así lo hicimos.

Nos dirigimos a acostarnos luego de orinar yo, y comencé a contarle el sueño, confieso que las lágrimas se me salían al contar el desesperante sueño, mi esposa me dijo: -Yo veía como te revolcabas en la cama y opté por sentarme en una orilla y encender la lámpara.

Mientras conversábamos, con el sueño espantado, se hicieron las 5: 30 aproximadamente, cuando de repente:

Un gripo aterrador de una mujer: ¡¡¡AAAAAAAAAY NOOOOOOO!!! Era la madre del potro, que se levantó a ir al baño y lo consiguió, DESNUDO, Y AHORCADO, COLGADO DEL TECHO.

O sea, que los sonidos guturales que escuchamos, fueron los momentos en que procedió a quitarse la vida, lo peor, los dos baños quedaban pegados el uno del otro, para susto, mientras yo orinaba, solo nos separaba la pared y él guindado del otro lado.

Lo que quisiera entender de esta escalofriante pesadilla es:

1. ¿Por qué tuve que tener ese sueño? Como primer punto.
2. ¿Por qué se llevaba a mis hijas?
3. ¿Por qué un camino tan tortuoso, enconante y sofocante?
4. ¿Será este el infierno?
5. ¿Qué efecto real tiene el bendecir?
6. ¿Por qué luego de arrebatarle a las niñas, aún persistía en entrar en su casa y no en la mía?
7. ¿Sería que se llevaba en verdad a mis hijas y yo de alguna manera lo evité?
8. ¿Cuál hubiese sido el destino de mis dos indefensas hijas si yo no hubiese estado en este sueño?
9. ¿Puede alguno de los respetables lectores de este relato que asevero, es cierto, darme algún tipo de explicación?

Gracias por tener la paciencia de leer esta historia en MIS HISTORIAS. Espero sus comentarios.